sábado, 20 de octubre de 2012

Velázquez. " Los borrachos" y " La fragua de Vulcano"

El tema mitológico desde la Antigüedad ha estado presente en la pintura.
La pintura Barroca, pese a centrarse en el tema religioso, no abandona la temática mitológica y podemos encontrar importantes ejemplos realizados por los pintores y escultores barrocos. 
 Velázquez dentro de lo que se ha denominado la corriente naturalista del Barroco realiza cuadros de tema mitológico, en los que nos da:
  •  Una visión naturalista de la mitología, para ello recurre a utilizar personajes de la calle, vestidos con las ropas del momento,...
  •  Otra característica será la utilización de la ironía en las escenas, circunstancia que resta divinidad a las figuras acercándolas al espectador. 
 Esta características lo veremos en las dos obras que analizamos. 

 El triunfo de Baco . 



Es una obra pintada en Madrid, probablemente por encargo del rey Felipe IV, en torno a 1626, y retocada al regreso de su viaje a Italia (1631).

 El mito, ¿qué nos cuenta?

 "La leyenda nos narra que Baco ( Dionisos en la Mitología griega y Baco en la romana), era hijo de Júpiter y Semelé. Nació en la isla de Naxos y Mercurio le llevó a Arabia y lo confió al cuidado de las Ninfas de Nisa, moradoras de una gruta cuyas paredes estaban recubiertas de vides y pámpanos donde Baco creció y vivió despreocupado de cualquier problema bajo la complacencia de las Ninfas de las Horas y de los Sátiros que lo alegraban con címbalos y flautas. Un día, ya mayor, el dios cogió dos racimos de la pared de la gruta y los exprimió en una copa de oro; al beber el zumo rojizo fue presa de una dulce embriaguez y sintió aumentar su potencia divina. Había descubierto el vino y pensó en hacer partícipe a los mortales de su hallazgo. Decidió recorrer el mundo y enseñar a los hombres el cultivo de la vid. De manera que el dios que enseñó a los hombres a cultivar la vid y a elaborar el vino, llegó a pensar que ninguna otra divinidad podría igualar su obra y que la humanidad debería estarle agradecida eternamente. No era soberbia. Argumentaba Baco que habiendo regalado al hombre la bebida de los dioses, también le había dado la capacidad de soñar sin límites, el don de extender la luz ante la oscuridad, la sensación de sentirse inmortal y, en definitiva, la posibilidad de encontrar el auténtico sentido de la vida. El dios romano quiso celebrar su obra con una fiesta. A la orgía no faltaron dioses y semidiosas, ninfas, sátiros, centauros y un gran número de seres indescriptibles. Comieron, bebieron y bailaron hasta que el sueño se apoderó de ellos."

 ¿ Cómo la interpreta Velázquez?

 En la escena, Velázques, desarrolla un discurso pictórico sobre las bondades del vino y su capacidad para consolar a las gentes de las penalidades de la vida diaria.
La interpreta desde la más rigurosa cotidianidad, representando a Baco mezclado entre los mortales para darles a conocer el vino

 El cuadro de formato apaisado, donde la escena se representa en una composición en aspa, se puede dividir en dos partes claramente diferenciadas:
 En la de la izquierda, el dios del vino sentado en un tonel, semidesnudo y tocado con hojas de vid, recuerda claramente a los ambiguos y sensuales modelos de Caravaggio, corona a un joven soldado que se arrodilla a sus pies en actitud un tanto mojigata, como si lo hiciese ante un santo. 


Mientas otro joven recostado tras él, un sátiro tal vez, muestra una copa de vino en la mano y en la cabeza una corona de hiedra, planta que, al igual que el vino y el propio Baco, se asociaban a los poetas y a la inspiración poética. 


En estos personajes concentra Velázquez los colores más vivos y contrastados, el amarillo del soldado, el rojo y blanco del dios.

 Al observarla de forma detenida vemos que el dios Baco nos recuerda al joven dios adiposo pintado por Caravaggio; la copa de vino que sostiene el segundo personaje mencionado estaría muy cerca de la forma de interpretación de Tiziano.

 En la parte derecha aparecen representados seis personajes, campesinos y soldados de los Tercios. De todos ellos llama la atención el que portando una escudilla de vino, nos mira con atención invitándonos a participar el festejo. Estos personajes nos recuerdan mucho a los rostros pintados por Ribera.


Es una interpretación naturalista con un gran contracte entre la gravedad casi ritual de las figuras de la izquierda y la ironía picaresca y el realismo del grupo de la derecha. 
 En el uso de un lenguaje naturalista para abordar temas relacionados con la mitología o la historia antigua, Velázquez se aproximaba a otros artistas, como Caravaggio o su contemporáneo Ribera, que vistió de mendigos a filósofos.


Tanto el carácter fuertemente realista de los rostros como la gama cromática abundante en ocres o la extraordinaria precisión descriptiva sitúan la obra en la órbita del naturalismo caravaggista, al igual que el modelado corporal de Baco.
 Si observamos el lienzo, encontramos un conjunto de cacharros de barro o de vidrio dispersos por el cuadro que componen por sí solos un insuperable bodegón. 


Por lo que el cuadro es considerado el último bodegón de Velázquez, la última de sus cocinas, género en el que se había destacado en su etapa de formación sevillana y que le había dado fama de pintor realista. Pero es un bodegón especial y novedoso, al representar en él nada menos que una escena mitológica. 

 La fragua de Vulcano.



¿ Qué historia recoge el cuadro?

 " La historia de Hefesto dios griego del fuego y los volcanes, forjador del hierro y creador de armas para dioses y héroes (Vulcano en la versión romana) y Afrodita (Venus) comienza precisamente cuando la enorme belleza de la diosa pone en guardia a Zeus, que temeroso de las disputas que podía provocar entre los dioses, decide casarla con el más feo y deforme de todos ellos, Hefesto. Tan feo, que se dice que su propia madre, Hera, lo había arrojado del Olimpo por ello. Pero no fue una buena idea la de Zeus, porque la diosa, frustrada ante semejante matrimonio y sabedora de sus atributos, dio rienda suelta a sus deseos y fueron por ello muy frecuentes sus infidelidades. Sobre todo con Adonis, joven de una belleza equivalente a la de Afrodita y por cuyo amor hubo de rivalizar con Perséfone. Pero no fue el único, Afrodita también tuvo sus veleidades con Ares (Marte), que celoso del amor que aquella le profesaba a Adonis, será quien acabe con él disfrazado de jabalí y atacándolo salvajemente. Finalmente en uno de sus encuentros, Ares, el dios violento de la guerra, sería descubierto yaciendo con Afrodita, de lo cual informó puntualmente Helios al marido engañado, Hefesto, que se encontraba trabajando en su fragua, que algunos localizaban al fondo del Etna. Como con el tiempo la figura de Helios, dios del Sol, se identificó con Apolo, es frecuente que se represente en la iconografía de este tema, a este dios de la medicina, la poesía y el arte dándole la noticia al desconcertado Hefesto. El marido ofendido improvisó entonces una artimaña para apresar a los amantes, y así fundió una red a base de finas cadenas y la colgó en lo alto del lecho para que al menor contacto entre lo adúlteros cayera sobre ellos. Así los atrapó a los dos, y no los liberó hasta que Poseidón le prometió que Ares pagaría por lo que había hecho, pero así como levantó la red, los amantes huyeron y la promesa cayó en el olvido." 

 Velázquez ¿ que nos muestra del mito en su cuadro?

 Velázquez, del mito, representa el episodio burlesco, de marido cornudo, muy propio de la postura anti-mitología de los autores españoles del Siglo de Oro, y lo representa en el momento en que Apolo aparece en la fragua para informar a Vulcano ( Hefesto) que Venus ( Afrodita) le ha sido infiel, causando la sorpresa de todos los asistentes; y este momento culminante ( una de las características de la pintura barroca) de sorpresa, dolor e hipocresía es lo que plasma en su lienzo.



Al observar el cuadro nos llama la atención:

 Apolo, representado en su doble vertiente de dios de la poesía por lo que va coronado de laurel, y como dios sol que descubre lo oculto con su luz. Nos lo muestra como un joven rubio, casi adolescente en un desnudo nacarado, semicubierto por un manto amarillo, en medio de una aureola de rayos solares que iluminan la penumbra del taller. 



El herrero de espaldas, recuerda en su desnudo a las estatuas clásica. Esta obra junto con " La túnica de José" son las de carácter más académico de las pintadas por Velázquez. Parece como si tras estudiar, en su estancia en Italia, los relieves clásicos, las obras de los maestros renacentistas y la de sus coetáneos hubiera querido plasmar todas estas influencias en estos desnudos serenos y escultóricos. 


Llama también la atención el estudio de la luz sobre los objetos, para darnos volúmenes y calidades. Y de nuevo la multitud de cacharros propios de una fragua, que nos dan un autentico bodegón. Distribuidos por el espacio, también, para darnos con el resto de los elementos y personajes de la composición espacio pictórico.


Otras representaciones del mito: 

La versión de Velázquez no es la única, tenemos por ejemplo la obra del pintor barroco Giovanni Battista Carlone: “Venus y Marte sorprendidos por Vulcano” 



Giovanni se centra en representar el erotismo de los dos amantes, y sobre todo se centra en la burla a Vulcano, cuya espalda desnuda resalta en el centro del cuadro con el estilo típico del pintor, caracterizado por la viveza cromática y el contraste eficaz de los claroscuros.

 “Venus, Vulcano y Marte” de Tintoretto 




La obra con un fuerte componente erótico característico del temperamento de Tintoretto ,  escenifica el momento dramático en el que Vulcano descubre el pubis de Venus , mientras que Marte se esconde debajo de la cama . 

 Pero sin duda la obra más universalmente conocida para ilustrar el mito es la de Velázquez.

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