domingo, 13 de agosto de 2017

Carles Casagemas . 1880- 1901

En estos días me han regalado el catálogo de la exposición “ Casagemas. El artista bajo el mito”, exposición con la que el Museo Nacional de Arte de Cataluña, rindió homenaje a Carles Casagemas. Para mí ha sido un hallazgo, pues solo conocía a este poeta y pintor como uno de los amigos bohemio de Picasso, que a los 20 años se suicidó por amor, y al que Picasso tomo como modelo en varias ocasiones.
 
 
 
 
 
Autorretrato.
 
 
Casagemas nació Barcelona, en una familia acomodada y nunca supo lo que es pasar miserias. Es el menor de siete hermanos. Siempre quiso escribir y pintar.
De su formación académica se sabe poco, no se tienes registros de que asistiera a la Escuela de Bellas Artes, pero sí de que frecuentó el taller del escenógrafo Fèlix Urgellès y, se cree, que tomó lecciones del paisajista Modest Urgell.
Fue amigo Joaquim Mir e Isidre Nonell, los cuales influyeron en su obra.
De su carácter se dice que era un hombre inestable e hipocondriaco.
 
Murió a la edad de 20, al quitarse la vida por un mal de amores. Rechazado por su amada, la modelo Laure Gargallo, intentó matarla en una café de la Place Clichy, sin éxito, y después se descerrajó a sí mismo un tiro en la sien.
Su muerte conmocionó a Picasso, quien dedicó al suceso dos óleos, y un tercero al entierro, que comentaremos más tarde.



 
Picasso.
 
 
Pintor y buen dibujante, en sus obras utiliza el óleo, y para los dibujos pastel o carboncillo.



 
 
Street Scene , 1898-99.
  Lápiz Conté, lápiz grafito, acuarela y barniz (dibujo "frito") sobre papel.
Felip Massot colección privada.
 
 
Estilo e influencia:
 
Su obra al óleo se caracteriza por trazos gruesos y enérgicos de izquierda a derecha, con tonos intensos en los que apreciamos la influencia Nonell.
 
En los dibujos y pasteles domina los colores planos, así como los contornos resaltados con una línea oscura y gruesa que delimita las formas. Se observa también una gran preocupación por la composición en todas y cada una de sus obras.
 
En cuanto a la temática, pinta paisajes, escenas costumbristas populares, ambientes marginales de los burdeles y bajos fondos, y figuras femeninas de sugerente pose y enigmático tratamiento.
 
Algunas de sus obras:



 
 
 
Paisaje con gran árbol. 1900.
 Óleo sobre lienzo. Museo Picasso, Barcelona.
 
 
Esta obra siempre se había atribuido a un artista desconocido a pesar de que, la pintura era de la antigua colección de Pablo Picasso y se había conservado en el Museo Picasso de Barcelona. En ella observamos, sus gruesas y generosas pinceladas con óleo, ejecutadas de izquierda a derecha (Casagemas era zurdo). Es un paisaje que por la pincelada y por el uso libre del color podemos considerar como pre-Fauve.



 
 
 
En este paisaje marino, los estudiosos del artista aprecian influencia que el pintor paisajista Modest Urgell, un destacado paisajista catalán a finales del siglo XIX, ejerció sobre los primeros trabajos de Casagemas .
 
El tema popular lo trato en muchas de sus obras, como por ejemplo:



 
 
El mercado. 1899.
 
 
 
Su faceta más conocida como artista es la de dibujante, sobre todo al pastel y carbón.



 
 
 
Conversation , 1897-99.
Gouache, tinta, tinta pulverizada y lápiz de grafito sobre papel.
Felip Massot colección privada.
 
 
No obstante, no podemos dejar de sorprendernos por la forma en que Casagemas aprovecha cualquier oportunidad para trabajar y estudiar diferentes técnicas, incluyendo el llamado fregit ("frito") y el uso de tinta pulverizada, similar a la de Nonell.
 
Es en 1900, cuando la amistad entre Casagemas y Picasso se intensifica, se observa que varias obras que coinciden en tema, técnica y estilo. El tema principal de estas obras son la pareja y escenas en el burdel; escenas que representan los barrios marginales de Barcelona a comienzos del siglo XX y que están imbuidas de cierta crítica social. Sin duda el ejemplo más paradigmático es el pastel Casa de cites.



 
 
Casa de citas. 1900.
Museu Nacional d’Art de Catalunya .
 
A medida que se analiza la obra de Casagemas, se descubre a un artista cada vez más complejo: del paisaje hemos pasamos a escenas burguesas y de género y, posteriormente, a la revelación gradual de los más íntimos e irracionales temores y obsesiones de Casagemas, que quedan claras al observar los retratos femeninos.
 
 
 
 
 
Manola. Barcelona o París, 1900-1901
. Col·lecció privada Felip Massot.
 
 
Indiscutiblemente, las mujeres se convierten ahora en un tema clave de su obra, con perturbadoras figuras femeninas rodeadas de espectros que sugieren el mundo interior del artista, sus visiones, fantasmas y sueños. Como vemos en:



 
 
The Dresser. 1900.
Carboncillo, pastel, conté lápiz, tinta y barniz sobre papel de colores.
Felip Massot colección privada.
 
Quizás no solo tenga que ver con su carácter sino también con en ambiente decadente de cambio de siglo que se arraigó en la Barcelona de Casagemas.
 
La visita de Casagemas a Picasso en Montmartre de octubre a diciembre de 1900 es probablemente uno de los periodos más conocidos de su corta vida. De estos años es la pintura al óleo, en la que se recoge una de las escenas callejera de Montmartre que pintó y vendió, probablemente a petición de turistas que visitaban la capital francesa con motivo de la Feria Mundial.



 
 
Montmartre , 1900-01. Óleo sobre lienzo.
 
 Este óleo, está ejecutado en un estilo más académico que los paisajes o los pasteles y sus dibujos más personales.
 
Es bien sabido que, durante su estancia en París, Casagemas se enamoró de Germaine, la futura esposa del pintor catalán Ramón Pichot, de quien hizo varios retratos.



 
 
Retrato de Germaine , 1900-01.
 Pastel, acuarela y lápiz de colores sobre papel.
 Colección Artur Ramón.
 
 
También es bien sabido que el asunto no salió como se esperaba y que Germaine lo rechazó. La obsesión por la modelo desenvoco en el suicidio y muerte de Casagermas.
 
Casagemas, famoso por su vida bohemia, sus borracheras y sus continuas trifulcas, termino con la etiqueta de artista maldito. Sin embargo, para Eduard Vallès, se trata de un “artista moderno” y plenamente integrado con las corrientes del momento y relacionado con artistas como Isidre Nonell o Joaquim Mir, de los que también fue buen amigo.
 
Pablo Picasso, como homenaje pinta:
 
El entierro de Casagemas  en1901.



 
 Pablo Picasso, Musée d’Art Moderne de la Ville de París.
 
 
Si observamos el cuadro,  la composición esta dividida en dos planos, uno terrestre y otro celestial. En la parte superior, la celestial, Picasso recrea un paraíso con numerosas mujeres, una de las cuales recibe al recién llegado que en su semental blanco, se eleva al cielo con los brazos en cruz como un Cristo. En la parte inferior, la terrenal, además de las plañideras que rodean al personaje de cuerpo presente, vemos un arco que volveremos a encontrar más adelante en La vida y que nos remite a un texto de Casagemas en el que habla de una puerta que se abre y a través de la cual penetran los espectros.
 
Tras este pequeño análisis, lo primero que nos viene a la mente es el recuerdo la obra del Greco “ El entierro del Conde de Orgaz”



 
 
 
Y no solo, recordamos la obra del Greco por la composición, sino también por el alargamiento de las figuras que utiliza Picasso.
 
Según se recoge en el catálogo, con la exposición se ha desenterrado fugazmente la figura del artista, aunque sigue ahondando sobre él un auténtico aura de misterio, por los pocos e intrigantes datos que se saben de su vida y porque la mayor parte de su producción ha desaparecido.
Entonces, ¿qué es lo que hace tan llamativo a Casagemas? La respuesta es: la manera en la que le sucumbió el ritmo de la vida bohemia de aquel entonces; la forma en la que llevó al límite la manifestación del gran amor que sentía por una mujer, y lo más importante; la manera decisiva en la que influyó y marcó para siempre la producción artística de Picasso. Sin Casagemas, no existiría la Etapa azul.
 
El período 1901-1904  Picasso traslada sus emociones a sus pinceles eligiendo una paleta fría, de colores azules y apagados. Los personajes que aparecen en sus cuadros en esa época presentan un perfil marcado, unos cuerpos deformados y alargados a la manera del Greco y transmiten un sentimiento de melancolía, tristeza, miseria y abandono. Y soledad. Sobre todo, una profunda soledad. Podemos decir que el azul se transforma en los pinceles de Picasso en el color del llanto y de la desesperación, quizás por la muerte de su amigo.

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