Pronto tendremos la suerte de visitar la Nacional Gallery y la Tate Britain, en Londres. En ambas galerías recomiendo que os detengáis en las obras de William Turner. Hasta entonces leer y completar estas breves notas sobre el autor y su obra.
Joseph Mallord William Turner nació en Covent Garden, Londres en 1775 y murió en 1851.
Junto a John Constable ( 1776-1837) son dos grandes paisajistas ingleses
Pintores del romanticismo ingles.
Turne domina la técnica del óleo, pero destaco en acuarela, técnica que le permite pintar con rapidez y reflejar las distintas condiciones lumínicas.
Es de los primeros pintores que abandona su taller y pinta al aire libre, anunciando la proximidad del Impresionismo.
Su tema preferido son los paisajes donde capta el poder de la Naturaleza: fuegos, catástrofes, hundimientos, violencia del mar.
Paisajes en los que el objetivo principal es el estudio de la luz, luz dorada en muchas ocasiones, (quizás influenciado por los pintores venecianos), luz tomada del natural que no se refleja en los objetos, si no que penetra en ellos y los deshace.
Si repasamos su obra vemos su interés por el comportamiento de la luz en los distintos fenómenos atmosféricos
Unas pinceladas sobre su vida e influencias artísticas tomadas de la ficha que sobre Turner publica www.artehistoria.com
"Joseph Mallord William Turner nació el 23 de abril de 1775 en Londres. Su padre era barbero y fabricante de pelucas mientras que su madre se dedicaba a las labores del hogar.
A los once años empezó a acudir a la escuela y a colorear grabados. En 1788 a trabajar para un arquitecto especialista en acuarelas; su preocupación por el modelo real y la observación serán las líneas maestras de esta fase de aprendizaje. En esta etapa realiza varios viajes por tierras inglesas, obteniendo interesantes estudios que posteriormente le servirán de bocetos para sus obras.
A los 20 años William empieza a trabajar al óleo mientras recibía las primeras críticas por sus acuarelas. En estos momentos también llegan los primeros encargos; debe pintar vistas de la campiña inglesa viéndose obligado a realizar continuos viajes para tomar bocetos y dibujos. Estos encargos de los nobles y aristócratas londinenses le van a permitir amasar una pequeña fortuna. Sus fuentes de inspiración estarán en la pintura de Rembrandt -de quien captará los contrastes luz/sombra-, Poussin, Claudio de Lorena y Dughet, pintores de los que obtendrá la sobriedad clásica que podemos contemplar en sus trabajos definitivos.
En 1802 Turner viaja a Suiza pasando el otoño en París. En la capital francesa conocerá personalmente a Jacques-Louis David y visitará el Louvre donde tuvo la oportunidad de copiar a Tiziano, Rafael, Rubens y Rembrandt. El color como medio de expresión será su objetivo más inmediato en estos momentos por lo que buscó su inspiración en el museo francés.
Desde 1807 Turner se interesa especialmente por el color y por el empleo de fondos blancos para los cielos y el agua, otorgando así mayor luminosidad a los tonos claros. Esta nueva fórmula la podemos apreciar en Pescador saludando a un mercante. Algunas obras de las realizadas en estos momentos están tomadas directamente al óleo del natural, algo bastante extraño en Turner que prefería el lápiz o la acuarela para los apuntes, observándose aquí una clara influencia de John Constable.
En 1819 realiza su primer viaje a Italia ya que se le encargarían algunas acuarelas para ilustrar un libro. Pasó por Turín, Milán, Venecia, Roma y Nápoles, dedicándose a copiar obras de algunos maestros clásicos, especialmente Tintoretto.
En la década de 1820 en el pintor preferido del gran público, de la aristocracia e incluso de la realeza. Sus paisajes son admirados por todos. El maestro se interesa en estos momentos especialmente por los efectos atmosféricos, la luz y el color, llegando a decir algún crítico de él que "Hay un pintor que tiene la manía de pintar atmósferas".
La estancia en Italia se va a repetir en 1828, pasando esta vez por París, Avignon, Florencia y Roma. Pintó asiduamente e incluso organizó una pequeña exposición en la Ciudad Papal cosechando un gran éxito de público, aunque no de la crítica. En febrero de 1829 Turner está de nuevo en Londres para realizar el Ulises, obra en la que emplea colores claros y luminosos gracias al estudio de las obras italianas del Renacimiento: Leonardo, Rafael, Miguel Angel, Correggio, ... Este mismo año de 1829 fallecía el padre del maestro.
A lo largo de 1831 Turner va a viajar por Escocia para contactar con su buen amigo Walter Scott a quien el pintor iba a ilustrar un libro de poesía. Al año siguiente se trasladará a París donde conocerá a Delacroix. Durante el verano de 1833 regresará a Venecia, una de las ciudades que le cautivará, realizando desde este momento un elevado número de escenas protagonizadas por la Ciudad de los Canales.
En 1840 visitará por tercera y última vez Venecia, sintiéndose atraído por sus atmósferas
A partir de 1845 abandona su contacto con la naturaleza por lo que será duramente criticado, siendo sus cuadros cada vez más caóticos llegando incluso a tener que clavar un clavo en el marco para que se supiese cuál era la parte de arriba al enviarlos a las exposiciones.
En su testamento legaba a la nación inglesa sus cuadros finalizados, con la condición de que se construyese un museo Turner para albergar esta colección, en el plazo de diez años tras su fallecimiento. De lo contrario, los cuadros deberían ser vendidos. No se construyó el museo ni se vendieron los cuadros y tras más de un siglo de indecisiones, el legado Turner -constituido por lo que había en su estudio tras su muerte: 320 óleos y más de 19.000 acuarelas y esbozos- se ha recopilado en un edificio anexo a la Tate Gallery, la llamada Clore Gallery, que fue inaugurado por la reina Isabel II en abril de 1987."
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