En siglo V a.C., Atenas bajo el mandato de Pericles, hijo de Jantino y de Agariste, miembro de la familia de los Alcmeónidas, educado por los filósofos más prestigiosos del momento, Anaxágoras, Zenón y Protágoras, dedicado a la política desde joven, participando en el partido demócrata al lado de Efialtés. A su muerte, Pericles se convirtió en el jefe del gobierno desde su cargo de "strategos autokrator". La política ateniense está en manos de Pericles casi cuarenta años, gobernó de manera casi absoluta aunque periódicamente era reelegido en sus cargos.
La base de su política estará en incrementar el prestigio de Atenas, debilitando a Esparta y luchando contra Persia
Pericles, culto y refinado, fomentó las artes y las letras, realizó grandes obras públicas, mejoró la calidad de vida de los ciudadanos y dotó a Atenas de un gran esplendor. Y será durante la segunda mitad del siglo V a.C., cuando un grupo excepcional de artistas, dirigidos por Fidias, transforme una colina rocosa en un extraordinario conjunto arquitectónico y artístico que la Grecia antigua legó al resto del mundo, la Acrópolis
Fidias se inició artísticamente en el mundo de la pintura junto a su hermano Paneno, pero pronto se decantará por la escultura de la mano de su maestro Ageladas de Argos
La Acrópolis de Atenas, «la roca sagrada», es una meseta caliza de 270 metros de longitud y 85 de anchura, situada 156 metros sobre el nivel del mar En ella se levantan el Partenón, el Erecteion, el templo de Atenea Niké. Además, también se encontraban algunas de las más célebres estatuas del arte griego como Atenea Lemnia y Atenea Promacos, realizadas por Fidias
Anualmente se celebraban las llamadas fiestas Panatenaicas; todos los años, el festival de las Pequeñas Panateneas y cada cuatro años las Grandes Panateneas que eran más majestuosas e incluían competiciones atléticas, hípicas, musicales y de otras artes
La procesión iba encabezada por una fuerza militar compuesta por funcionarios, hoplitas, jinetes y carros, seguidos por una nave sagrada que llevaba como velamen el «peplo», un hermoso manto de lana que había sido tejido por sacerdotisas y en el cual estaba bordado una escena de la Gigantomaquia, mostrando a Atenea luchando con los gigantes. Cerraban la procesión grupos de ciudadanos que portaban ofrendas y animales para los sacrificios.Al pie de la Acrópolis se detenía la procesión y se descolgaba el peplo porque la pendiente era demasiado abrupta para que subiera la nave. La procesión iniciaba la ascensión a la Acrópolis, atravesando los Propíleos y finalizaba en el altar de Atenea Polias en el «Erecteion» donde se hacían sacrificios en honor de Atenea. Por último el «peplo» se entregaba a los sacerdotes que lo usaban para vestir el «xoanón» de Atenea situado dentro del Erecteion. Esta procesión aparece representada en el friso del Partenón. La mayoría de las placas se encuentran en el Museo Británico en Londres
La entrada a la Acrópolis se realiza por una puerta monumental llamada «Propileos». Una gran estatua de bronce de Atenea, construida por Fidias, se situaba en el centro del recinto. A la derecha de esta estatua se erige el Partenón que albergaba la estatua crisoelefantina de Atenea Parthenos, también obra de Fidias. A la izquierda se disponía el Erecteión.